lunes, 31 de diciembre de 2012

La ansiedad y las crisis de angustia (Por Creixement Global)


Hace tiempo la palabra ansiedad sólo la utilizaban psicólogos, médicos y psiquiatras. En los últimos años, esta palabra es cada vez más conocida por cualquier persona de nuestra sociedad actual. Un dato significativo es que la mayoría de las consultas realizadas a psicólogos y una gran parte de las que se realizan al médico de cabecera lo son por casos de ansiedad.Desde la psicología, se define la ansiedad como un estado continuo de preocupación y tensión. Lo más significativo de la ansiedad son sus síntomas, que en la mayoría de casos son de tipo físico. Por este motivo, la persona que sufre ansiedad suele consultar primero al médico pensando que puede estar sufriendo alguna enfermedad física. Los síntomas que acompañan la ansiedad varían según la persona, pero en general, los más frecuentes son: inquietud o impaciencia, fatiga o cansancio, irritabilidad, dificultad para concentrarse o dejar la mente en blanco, tensión muscular que puede incluso generar contracturas , insomnio, etc.Estos síntomas suelen estar presentes de forma casi continua, de todos modos, hay ocasiones en que esto termina dando como resultado lo que conocemos como "crisis de angustia". Las crisis de angustia suelen ser consecuencia de estados de ansiedad mantenidos durante cierto tiempo. La característica principal de las crisis es que suelen comenzar bruscamente y su intensidad es más fuerte. Los síntomas más intensos suelen aparecer en los primeros diez minutos y pueden ser, entre otros: palpitaciones, sudoración, sensación de ahogo o falta de aire, dolor en el pecho, mareo o sensación de perder el conocimiento ... Como es evidente, cuando una persona sufre una crisis de angustia enseguida consulta al servicio de urgencias porque el malestar es muy intenso. Cuando es la primera vez que aparece, la persona se asusta muchísimo pensando que se trata de un ataque al corazón o una enfermedad grave.En cualquiera de los dos casos, está bien consultar al médico para descartar cualquier enfermedad, pero en el caso de que el médico diagnostique que se trata de ansiedad, debemos tener presente que ésta tiene un origen psicológico. Cuando intentamos resolver el problema únicamente con medicación, estamos intentando acabar con los síntomas sin resolver el problema de fondo. A mí me gusta poner el ejemplo de un iceberg: si únicamente tratamos los síntomas es como si estuviéramos tratando la punta del iceberg, pero la causa (y por tanto el verdadero problema) sigue en el fondo.De toda forma, quiero dejar claro que en muchas ocasiones la medicación es muy necesaria. Hay casos en que la persona entra en un ciclo de ansiedad muy grande y la medicación es muy importante para poder cortar este ciclo y que la persona recupere su estado de tranquilidad. Aparte de esto, sin embargo, es importantísimo que el paciente decida tratar el verdadero problema de fondo que está causando esta angustia. Si no es así, en muchos casos la medicación actúa sólo como un "parche" y cuando el paciente la deja vuelven a aparecer los síntomas.En todo caso, cuando la ansiedad aparece nos está dando la señal de que hay algo en nuestra vida que nos tendremos que replantear o incluso cambiar. Reflexionar sobre nuestra propia vida será necesario para detectar que nos está pasando y de qué nos está avisando esta angustia.Respecto a las causas de la ansiedad, varían en función de la persona. De todos modos, es evidente que el ritmo de vida que se lleva en nuestra sociedad tiene mucho que ver (correr por todo, tener la sensación de que no llegamos a tiempo a ninguna parte, sensación de no descansar, de no tener tiempo para la intimidad ...). Lógicamente, la situación de crisis actual en que hay carencia de algunas necesidades (trabajo, vivienda, etc.) influye muy directamente en aumentar el estado de ansiedad. En otras ocasiones, después de haber sufrido un problema (incluso puede haber pasado mucho tiempo), parece como si el cuerpo se hiciera cargo y pasara factura. En estos casos la persona suele sentirse muy descolocada, ya que no relaciona lo que le está pasando con nada de su vida actual. 
La terapia psicológica es un recurso importante para ayudar a la persona a superar este problema. Entender el por qué del problema y cómo nos han influido las emociones pasadas que generaron este problema, curará tanto el síntoma como el problema de fondo.Afortunadamente cada vez más, la sociedad está tomando conciencia de este problema tan extendido y disponemos de muchos recursos para combatirlo (relajación, meditación, medicación natural, fármacos ...). Pero como decía hace un momento, estos recursos únicamente atacan el síntoma y el problema de fondo puede quedar sin resolver.La terapia psicológica es la herramienta básica para tratar la causa y no únicamente el síntoma y poder conseguir una forma de vida más saludable y plena.

Mª Carmen Gutiérrez Conde
Psicóloga col. nº 13.432
Directora de Creixement Global 
Tel. 938646042 / 647413240

domingo, 9 de diciembre de 2012

En qué consiste la psicoterapia infantil. Cómo trabajamos esta rama de la psicología en Creixement Global.


Después de llevar algo más de 10 años trabajando como psicóloga infantil, trato muchas veces con padres que me llevan a su hijo a la consulta, pero muestran muchas dudas y sospechas respecto qué es eso de la psicología. 
Entiendo perfectamente estas inquietudes, dado que la psicología es una ciencia poco conocida por la mayoría de la gente. Y me gustaría insistir en ello, la psicología es una ciencia y como tal, los profesionales que ejercemos esta tarea estamos preparados para tratar con la mente de las personas, de la misma manera que un traumatólogo está preparado para tratar con los huesos de los sus pacientes.

¿Cómo saber cuál es el problema cuando el paciente es un niño?

Los problemas psicológicos más frecuentes en la infancia son los trastornos de conducta, ansiedad, depresión, TDAH (Trastorno por déficit de atención con hiperactividad), separaciones de los padres no resueltas, retrasos en el aprendizaje o el desarrollo, autismo, etc.

En primer lugar, hay que realizar una evaluación completa para conocer cuál es el diagnóstico y ante qué problema nos encontramos. Por ello, lo primero es realizar una entrevista con los padres y, a continuación, varias sesiones de evaluación con el niño (suelen oscilar entre 3 y 6 dependiendo del caso). En estas sesiones de diagnóstico, solemos centrarnos en dos ejes fundamentales:
1. La inteligencia y el rendimiento académico
En mi opinión, creo que evaluar la parte intelectual del niño es básico, ya que nos aportará mucha información sobre cómo funciona su parte cognitiva, su mente, es decir, de qué forma procesa el niño la información que recibe . Por otra parte, los resultados de las pruebas de inteligencia y rendimiento también nos aportarán una información muy importante: ¿cuál es el potencial intelectual del niño (su cociente intelectual) y si su rendimiento académico está en la altura o no de este potencial. Por ejemplo, es muy sorprendente cuando nos llega un niño que está suspendiendo entre 5-6 asignaturas por trimestre y, tras la realización de estas pruebas, nos encontramos que presenta un cociente intelectual muy alto y, por tanto, está rindiendo muy por debajo de su capacidad. Lógicamente, también nos encontramos casos a la inversa, cuando comprobamos gracias estas pruebas que el niño no rinde en la escuela porque presenta un retraso en el aprendizaje o un problema asociado al aprendizaje, como puede ser un TDAH (trastorno de déficit de atención con hiperactividad).
2. El estado de ánimo actual y su personalidad
Por otra parte, hay que evaluamos cómo se encuentra el niño emocionalmente: qué le angustia, qué le preocupa, por qué está siempre triste, porque está continuamente enfadado, por qué pega a sus compañeros de clase y reta al profesor .. . En este terreno, las herramientas con las que contamos son muy amplias: desde los tests y cuestionarios (que nos ofrecen unos resultados objetivos) al juego y el dibujo (que comentaré con más profundidad a continuación), así como la entrevista y el diálogo.
Una vez finalizada la evaluación, de nuevo realizamos una entrevista con los padres donde pondremos sobre la mesa cuál es el problema y cuál será el tratamiento a seguir. No siempre la vía es la terapia psicológica del niño, ya que muchas veces el niño sólo está poniendo de manifiesto un problema de relación de los padres, de un hermano o simplemente el niño está bien y los que están angustiados son los padres. En cualquier caso, en este momento asesoro a los padres sobre la mejor alternativa para resolver el motivo de consulta.

¿En qué consiste la psicoterapia infantil?

La psicoterapia infantil consistirá en resolver los conflictos que presenta el niño básicamente a través del dibujo, el juego, el diálogo y lo que aún es más importante, la relación interpersonal entre el psicólogo y el niño. Cuando un niño viene a terapia necesita sentirse entendido, aceptado, no juzgado, escuchado ... y todo esto sólo lo podemos transmitir al niño si construimos un vínculo de confianza y seguridad en la relación con él. Habrá niños que les será relativamente fácil construir este vínculo y otros mostrarán más dificultades, pero en cualquier caso, es trabajo del psicólogo mostrar siempre al niño que lo aceptamos tal como es y que nos gusta compartir con él este rato de terapia. Quisiera, sin embargo, matizar que aceptar el niño no quiere decir aceptar siempre lo que hace. Por ello, una parte importante de la terapia consistirá en marcar unos límites y un entorno de protección que reforzará la seguridad del niño.

Respecto al juego y el dibujo, estas son dos herramientas de evaluación y de tratamiento muy importantes en la terapia psicológica (sobre todo en niños pequeños, pero también en adolescentes). Los niños no siempre podrán expresar con la palabra qué les ocurre, mostrar su conflicto, pero siempre podrán hacerlo a través del juego y el dibujo. Estas dos herramientas nos darán una información importantísima sobre cómo se ve el niño, cómo se relaciona con los demás y cómo vive su dinámica familiar.
Si el niño no quiere hablar de la separación de sus padres, pero expresa su rabia en un dibujo, aunque él crea que está evadiendo el tema, esto nos aportará mucha información y, además, será terapéutico (curativo) para él. Sin embargo, el juego y el dibujo no pueden ser interpretados fuera de la consulta por los padres o por otras personas que no sean profesionales de la psicología, ya que son herramientas diagnósticas que sólo tienen validez cuando son interpretadas por expertos en la materia.
Asimismo y en mi caso, yo siempre les explico a los padres que la psicoterapia infantil es un equipo: los padres, el niño, el psicólogo y la escuela. Es importante tener reuniones con los padres y con la escuela para marcar una línea de trabajo conjunta. De esta forma la terapia nos dará unos resultados más rápidos y satisfactorios. A veces es complicado, entiendo perfectamente que no es fácil aceptar por unos padres que su hijo suspende todas las asignaturas porque siente que no le hacen caso y que están más ocupados en su separación. De todas formas, la tarea de un psicólogo nunca debe consistir en juzgar a estos padres, sino en entenderlos y en ayudarles a buscar otras formas más sanas de relación con su hijo.
En cualquier caso, la psicoterapia consiste en muchas cosas más, un psicólogo infantil, aparte de tener la carrera universitaria y formación específica en psicopatología infantil, deberá conocer quién es Pocoyo, qué hacen los Gormiti, quiénes son las Monster High, etc. Y cuando el paciente es adolescente debemos conocer bien cómo funciona el Facebook, Messenger, etc. ¿Y eso por qué,? Porque este es el mundo que el niño o joven nos llevará a consulta. El juego es algo muy serio para un niño y las relaciones sociales son básicas en la adolescencia. El psicólogo debe mostrar al niño o joven un total respeto por sus cosas, de la misma manera que le mostraríamos a un adulto cuando nos habla de sus problemas en el trabajo.

M ª Carmen Gutiérrez Conde
Psicóloga col. n. 13432
Directora de Creixement Global 
Tel. 938646042 / 647413240

sábado, 8 de diciembre de 2012

El Código Deontológico de los psicólogos. La normativa que vela por la buena práctica profesional. (Por Creixement Global)


Como psicóloga colegiada y al estar ejerciendo esta profesión, creo que es importante dar a conocer a la población general cuáles son aquellas reglas de conducta que rigen que el ejercicio de la psicología sea llevado a cabo con rigor y profesionalidad. Para garantizar este cumplimiento, el Colegio Oficial de Psicólogos de Cataluña (COPC) elabora un protocolo de actuación (código deontológico) destinado a servir como regla de conducta profesional en el ejercicio de la psicología en cualquiera de sus modalidades. Por eso es importante que sepamos que el psicólogo que está llevando nuestro caso (o el caso de nuestro hijo) esté colegiado en el COPC, ya que es este organismo quien vela por garantizar este rigor de actuación y aplicación. El psicólogo debe ser conocedor de cuál es el código deontológico y creo que es importante que el cliente también pueda tener acceso a esta información para saber que el tratamiento que está realizando se rige por una normativa coherente y rigurosa.
A continuación, presento una recopilación de algunos de los artículos más importantes sobre la buena práctica profesional que los psicólogos deben llevar a cabo, sin embargo, para aquellas personas que les pueda interesar, puede consultar más información en la página web del Colegio Oficial de Psicólogos de Cataluña http://copc.cat

Principios generales
Artículo 1El psicólogo no avalará ni encubrirá con su titulación la práctica profesional realizada por personas no tituladas. Asimismo, denunciará los casos de intrusismo que lleguen a su conocimiento.
Artículo 5. El ejercicio de la psicología ordena a una finalidad humana y social que puede expresarse en objetivos tales como el bienestar, la salud, la calidad de vida y la plenitud del desarrollo de personas y grupos en los diferentes ámbitos de la vida individual y social.
Artículo 6. La profesión del psicólogo se rige por principios comunes a toda deontología profesional: respeto a la persona, protección de los derechos humanos, sentido de la responsabilidad, honestidad, sinceridad con los clientes, prudencia en la ampliación de los instrumentos y técnicas, competencia profesional y solidez de la fundamentación científica de sus actividades profesionales.
Artículo 8. Todo psicólogo debe informar, al menos a los organismos colegiales, de la violación de los derechos humanos que llegue a conocer a través de su práctica profesional, una vez agotadas todas las posibilidades de intervención psicológica para evitarla.
Artículo 9. El psicólogo, en la prestación de su servicio, no hará discriminación de las personas y / o grupos por razones de edad, sexo, nacionalidad, clase social, raza, idioma o cualquier otra diferencia.
Artículo 13. El psicólogo no realizará nunca maniobras de captación dirigidas a lograr que le sean confiados casos de determinadas personas, ni tampoco procederá a realizar actuaciones que aseguren prácticamente su monopolio profesional en un área determinada. Cuando trabaje en una institución, no aprovechará su situación para derivar casos a su práctica privada.



De la competencia profesional y la relación con otros profesionales
Artículo 16. Es un deber ético del psicólogo actualizar su formación y sus conocimientos dentro del ámbito de sus competencias.
Artículo 17. El psicólogo velará por el prestigio, el respeto y el uso adecuado de los términos, instrumentos y técnicas propios de la profesión.
Artículo 18. Sin perjuicio su crítica científica que estime oportuna en el ejercicio de su profesión, el psicólogo no desacreditará colegas u otros profesionales que trabajen a partir de los mismos u otros presupuestos teóricos y / o metodológicos. Hablará con respeto de las escuelas y de aquellos tipos de intervención que gozan de credibilidad científica y profesional.
Artículo 19. Cuando los objetivos de la práctica profesional del psicólogo confluyan con los de otros profesionales, es conveniente, y en algunos casos necesaria, la colaboración interdisciplinar, sin perjuicio de las competencias y los conocimientos de cada uno de ellos.

De la intervención
Artículo 20. El psicólogo debe rechazar llevar a cabo su intervención cuando existan serios indicios de que su participación puede ser mal utilizada o usada en contra de los legítimos intereses de las personas, los grupos, las instituciones y las comunidades.
Artículo 22. Al hacerse cargo de una intervención sobre personas, grupos, instituciones y comunidades, el psicólogo les informará adecuadamente sobre las características esenciales de la relación establecida y los objetivos que se propone. En el caso de menores de edad o legalmente incapacitados, serán informados, además, los padres o tutores.
Artículo 23. El psicólogo debe finalizar su intervención, y no prolongarla innecesariamente, bien sea porque ha alcanzado los objetivos propuestos, o bien porque le faltan recursos o capacitación para conseguirlos. En este caso informará desinteresadamente la posibilidad de que la intervención sea continuada por otros profesionales.

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Artículo 47. Constituye una transgresión a la deontología profesional atribuirse una titulación académica que no se posee, así como una especialización para la que no se tiene la capacidad correspondiente.

Honorarios y remuneración
Artículo 49. El psicólogo se abstendrá de aceptar condiciones o retribuciones económicas que signifiquen desvalorización de la profesión o competencia desleal.
Artículo 50. El psicólogo podrá, excepcionalmente, prestar servicios gratuitos de evaluación y de intervención a clientes que no puedan pagar y tengan manifiesta necesidad.Artículo 51. En el ejercicio libre de la profesión, el psicólogo informará previamente al cliente sobre la cuantía de sus honorarios por actos profesionales.
Artículo 52. La percepción y retribución de honorarios no está sometida al éxito del tratamiento o a un determinado resultado de la actuación del psicólogo.
Artículo 53. El psicólogo, en ninguna situación, no percibirá ni ofrecerá ninguna remuneración relacionada con la derivación de clientes.

Mª Carmen Gutiérrez Conde
Psicóloga col. nº 13.432
Directora de Creixement Global
Tel. 938646042 / 647413240